Qué difícil!
Los bebés lloran tan fuerte al salir del vientre de la madre porque se sienten arrancados de su sitio, de su espacio, su lugar. Don Juan hablaba de "encontrar tu espacio, tu sitio". Como los perros cuando buscan recostarse: olfatean dan vueltas y vueltas y cuando encuentran su sitio, se acomodan. Así tal cual sucede cuando te mueven de tu sitio. Y así me siento ahora. No tengo mi sitio. No encuentro mi espacio. Por mala organización, por malas decisiones y tratos acordados no cumplidos, me veo en la necesidad (y necedad de uno) de salir de mi casa y reubicarme en la paterna; así, cual migrante pidiendo asilo político en territorio conocido pero no propio. Jamás me había sentido así: desterrada, desalojada. Ni cuando salí de EEUU. Lo que siento es rabia, coraje, enojo. Pero no perdí mi sentido ni mi ideal. Y de ese me sostengo y mantengo firme: preferible alejarme de lo dañino a permanecer quejándome y esperando el cambio. No me permito, ni quiero para mi hijo, una vida de vic...