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Ángeles y más ángeles...

Cuando se escucha la palabra Amante, implícitamente se relaciona a lo sexual. Pero podría aplicarse también a lo mental y hasta espiritual. Amante, según la RAE, significa "Que ama", "Que manifiesta amor o se refiere a él", "Amado o querido", "Cada una de las dos personas que se aman", "Persona que mantiene con otra una relación amorosa fuera del matrimonio". En la actualidad el significado de Amante también adquiere una connotación ajena a una relación sexual. Buscarse un amante ya no es satisfacer el deseo sexual; ahora un amante es aquello que te llene el alma, que te la reinicie, que te enriquezca: amante del ejercicio, amante de un gusto, amante del arte. Pero qué tal un amigo?... Una persona con la que puedas desenmarañar misterios, con la que puedas dar con tus nudos personales y desenredarlos, encontrar tus sombras y ponerles luz. Alguien con quien puedas ser tal cual, un complice de ideas, confidente de deseos y locuras. Con qu

Namaste

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Amantes del alma De mente y espíritu Por increíble que parezca Amar con palabras Acariciando el alma, desenvolviéndola, expandiéndola Me acompañas a dar con lo más profundo de mí Mis anclas, mis agujeros negros Me enseñas, me señalas Eres un faro Una linternita Sin la intención, sin darte cuenta Sin necesidad de coger Sin urgencia de sexo Solo tocando, acariciando la presencia Hermanos de alma Amantes de ideas Viajeros de vidas Te escucho Me escuchas Nos atendemos Hoy descubro tu razón en mi vida Descubro la mía en la tuya Y la entiendo. La honro. No hay más Porque hay todo GRACIAS

Crisis de la edad madura o de relaciones interpersonales?

No se si sea algo generacional o realmente estamos viviendo una crisis de relaciones interpersonales, pero existe un común denominador entre las parejas de diferentes edades, gustos y géneros. Entre mis amigas, la mayoría divorciadas, es común el tema de la falta de compromiso de las parejas con las que salen y sobre todo la falta de claridad: qué tipo de relación, la finalidad, las reglas del juego… lo que toda persona quisiera saber de una relación. Lo más claro que se tiene es “nos vemos, cogemos, esperamos volver a vernos”. Pero cuando se toca el tema “Qué Somos” llega el silencio. Si bien te va te dirán “no hay que hablar de eso ahorita, mejor disfrutemos el momento”, te dan un buen round y no se vuelve a tocar el tema. Regresas a tu casa con un vacío en el pecho o con la sensación de haber tenido algo meramente fisiológico. Juras que no volverás a contestarle ni a verlo y en cuanto te manda el primer meme ya olvidaste todo. Y dices “esta vez sí que lo hablamos…” y vuelve a girar

N. R. D. F.

 No cabe duda que a quien debes serle siempre fiel es a uno mismo. Siempre habrá quien te hable bonito, te cuente historias, cuentos, que te sobe el ego, que te excite el alma... Pero pocos serán los que se entreguen al 100%. Palabras bonitas, siempre habrá. Quién quiera darte placer, abundará. Que te llene la pupila, muchos. Pero comprometerse, entregarse, abrirse, percibirte, presentirte, compaginarse... contados. Y hasta que no llegue alguien así, no vale la pena jurar fidelidad.

Desde ceros

Cuántas veces hemos deseado empezar de cero? Cuántas veces hemos pensado comenzar todo otra vez? Borrar lo escrito, tomar el otro camino, cambiar de carril, de carrera, de giro. Qué harías? Hace un año mi mundo se volcó de manera abrupta. Solté a mi cría mayor para que empezara su vida propia. Mi compañera de tantas aventuras y por tanto tiempo. Mi confidente, mi asesora, mi batería. Emprendió su vida lejos del nido en otro país, en otro continente. La despedí con inmensa emoción de felicidad por ella, pero una gran nostalgia y dolor de soltarla. Un mes después tronó mi matrimonio. Se buscó el acuerdo, la reconciliación; pero el vicio pudo más y terminó reventando la cordialidad y el respeto. El proyecto de familia murió. Vino la separación. Los acuerdos se rompieron, no se cumplieron y se tuvo que dejar el lugar donde habitábamos mi crío y yo, terminando pidiendo asilo en la casa paterna, invadiendo el espacio del abuelo y generando molestia a alguien acostumbrado a su soledad. Despué

Adolescente Madura

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 Uno piensa que llegar a la adultez significa tener las cosas claras, solidez, tranquilidad, madurez... o al menos eso era lo que se esperaba en tiempos de nuestros abuelos: tener un buen trabajo o negocio, una familia, tu casa. Pero en estos días resulta un caos mayor! Lo veo en mis padres y lo vivo ahora mismo.  Casi 6 meses de mi segundo matrimonio fallido y más dudas, miedos, inseguridades que al ser adolescente. Al menos en ese tiempo compartía esos miedos con mi primer amor y con un abrazo bastaba. Ahora el abrazo te lo da la personita más cercana que depende totalmente de ti y por la que debes levantarte y tratar de darle al menos las bases necesarias para que pueda desarrollarse en este mundo cada vez más hostil. La cacería prehistórica se volvió necesidad de supervivencia entre saturación de profesiones, trabajos mal pagados y virus latentes. Yo puedo decir que tengo una carrera, experiencia laboral, conocimientos varios, lenguas extranjeras... y aún así no puedo sentir la seg

Qué difícil!

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Los bebés lloran tan fuerte al salir del vientre de la madre porque se sienten arrancados de su sitio, de su espacio, su lugar. Don Juan hablaba de "encontrar tu espacio, tu sitio". Como los perros cuando buscan recostarse: olfatean dan vueltas y vueltas y cuando encuentran su sitio, se acomodan. Así tal cual sucede cuando te mueven de tu sitio. Y así me siento ahora. No tengo mi sitio. No encuentro mi espacio. Por mala organización, por malas decisiones y tratos acordados no cumplidos, me veo en la necesidad (y necedad de uno) de salir de mi casa y reubicarme en la paterna; así, cual migrante pidiendo asilo político en territorio conocido pero no propio. Jamás me había sentido así: desterrada, desalojada. Ni cuando salí de EEUU. Lo que siento es rabia, coraje, enojo. Pero no perdí mi sentido ni mi ideal. Y de ese me sostengo y mantengo firme: preferible alejarme de lo dañino a permanecer quejándome y esperando el cambio. No me permito, ni quiero para mi hijo, una vida de vic