De vuelta a las anda-nadadas



Pues después de mucho tiempo regreso a mí, a lo mío, a las cosas que me relajan, a lo que disfruto, a esas cosas que llamo Terapia.

Regresé al ejercicio después de 2 años y 2 meses. Volví a un gimnasio al que hace unos 13 años iba a su alberca a nadar mientras llevaba en mi panza a mi Pollo y que ahora me queda a unas cuadras de casa. Solo que ahora me metí tanto a la alberca como al gimnasio, como hacía muchos años solía ejercitarme. En aquel entonces le dedicaba poco más de 2 horas; claro, no tenía hijos y era toda una doñis texana en San Antonio, así que tenía tiempo, dinero y energía.

Ahora no tengo tiempo, ni dinero y menos energía, por lo que en lugar de dedicarle más de 2 horas diarias, tengo que repartir la nadada y el gimnasio por días: 3 dedicados a nadar y 2 a lo demás.
Esto no es nada alentador. Menos después de 2 años y cacho sin hacer ejercicio (puros intentos que quedaban en el camino), aunados los kilitos de más y la respetable edad, a la que irremediablemente empiezo a aceptar.

Pero no importa, lo que sea es bueno. Porque mucho más allá de el gusto por el ejercicio, de la necesidad de bajar los kilos estancados ganados en el embarazo, de la salud física, bla bla bla, mucho más allá incluso de la vanidad de bajar esta panza, está mi salud mental!. Y es que entre un crío de 2 años (sí, en sus tremendos 2), una adolescente en inicios y un hombre de 43 años, nuevo en los menesteres de padre (con todo lo que conlleva) una se jala los pelos!. Las desveladas, los sueños interrumpidos, las desmañanadas, los berrinches, el control de esfínteres, la bendita-maldita guardería, el nefasto trabajo, etc, etc, etc.

No me importa cuánto peso. No me importa cuánto baje. Mi meta no es esa. No estoy en un programa de reducción de peso, ni en un concurso de belleza. No estoy compitiendo con nadie ni me interesa mostrar ningún cambio físico.
Mi interés es la tranquilidad mental.

El estrés es canijo. Te envejece, entristece, te aísla, te pone de genio, es incómodo, no disfrutas, te cansa, te saca lo peor de tí.

Volví, pero no para los demás, si no para mí. Así que ni presionen, ni pregunten "cuántos kilos llevas?", ni me vengan con el "pos no has bajado mucho"... NO ME IM.POR.TA.
UFF!, lo saqué...

Y bueno, además de eso, también regreso a este blog que dejé desatendido por falta de tiempo, pero no de cosas qué contar. Así que por aquí andaremos... Traigo unas ganas locas de soltar mi muy personal punto de vista de tanta cosa rara con la que uno se topa en las redes sociales...
CAN'T WAIT!

Comments

Popular posts from this blog

Crisis de la edad madura o de relaciones interpersonales?

Ángeles y más ángeles...

Namaste