Tripeando, terapeando.

Escribir, escribir, escribir... Ademas del ejercicio, que buena terapia es escribir.
Imprimir tus pensamientos, dudas, miedos, risas, sentimientos... Es como materializarlos. Verlos como si hiciera un escultor o pintor a sus sueños. Y como yo no soy buena para esas artes, como que le hallé fuga en otras tres cosas: desde siempre (desde mis años mozos) en la escritura, tiempo después el ejercicio y luego de que la conociera, con el master Reynaga, la foto.

La primera es como más en "pronto". La segunda necesita tiempo y aveces un pequeño gasto. Y de la tercera, hay tanto material pero como muy íntimo.
Lo curioso es que en la primera no tengo empacho ni siquiera en compartirla, pero la tercera me da mas penita... Será el miedo a la crítica, a la descalificación. Porque en la primera eso ni me inmuta.

Para la foto soy mucho más reprimida en compartirla. Solo algunas cosas, como más las del diario, son las que comparto. Las otras, las que son momentos ajenos, esas me las reservo por lo normal. Aunque últimamente me llama el interés de quizá compartirlas.

Pero mi terapia de cajón es, y será mientras pueda, nadar.

Para mi no existe mejor inversión terapéutica que ir a nadar una hora diaria. Ahí desahogo mis miedos, mis enojos, mis frustraciones, mis corajes, mis nervios y problemas. Incluso mis tristezas. Llorar en el agua. Gritar en el agua. Hasta golpear o acariciar el agua... Agua. El elemento básico. Y yo, como buen pecesito, es donde me siento mejor.

Escribir; en los buenos y malos momentos. Ejercicio; en agua mucho mejor. Foto; salir con cámara al cuello y robar momentos. Terapias muy personales.

Y no existe mejor terapia que la que uno se regala a si mismo. Debería ser obligatorio tomarse una hora diaria para hacer lo que uno más disfruta en la vida. Porque parece increíble pero muchas personas no se dan la chance de consentirse y viven para todo lo demás: familia, trabajo, deudas, etc.

Y tú, te terapeas?... O sólo tripeas?