Empatía no está de moda

Las relaciones humanas al parecer son demasiado complicadas. Mucho más de lo que uno dice a la ligera y por decir.

Uno cree darse a entender, pero parece que aún hablando el mismo idioma no se tiene la misma información o simplemente la misma idea. Y eso es por tener diferentes intereses.

Resulta un choque de mundos diferentes encontrados, tratando de hacerse escuchar, a sus modos, con sus mañas, y su propio idioma.

El verdadero problema es cuando no existe el Respeto… Es aquí donde comienzan los malos entendidos y disgustos: si no respeto lo que te interesa, entonces nunca llegaré a entenderte, y podrás decirme veinte veces lo que te molesta, pero como no es de mi interés y no me sirve o no me beneficia en lo más mínimo, pues entonces lo olvidaré.

Llámese Arrogancia, Egoísmo o Apatía, muchas relaciones se han perdido y muchas guerras se han generado porque nos cuesta ponernos en el lugar del otro. Y el ponernos en el lugar del otro no significa dejar de ser uno mismo. Lo que sí es ceder ante nuestro ego y ver desde el otro. Y la verdad eso de Ceder no gusta mucho y no está de moda... ni de modo.

Lamentablemente la falta de Empatía puede llegar a herir, además de perder interés.

Llámese amigos, pareja, trabajo... si se pierde el Respeto, se pierde todo.

No se si sea por las redes sociales o por estar tan enterados al momento de los estados emocionales de nuestros "contactos", pero cada vez nos encontramos más al ataque y defensiva, que a la escucha. Damos por hecho el Estatus de los demás.

Eso realmente no es estar al tanto de los queridos. Eso es estar meticheando su vida. Aunque todos caigamos en el mismo juego.

Ya no Escuchamos, solo Oímos. No observamos, sólo vemos.

De hecho, cuando alguien se nos acerca para contarnos sus momentos más delicados, de entrada damos por hecho su sentimiento y nos adelantamos a juzgarlo sin que realmente le hayamos prestado atención. Damos el veredicto y al no recibir más que silencio, concluimos la charla pinchándonos un pin de Terapeutas Personales, pero no nos damos cuenta que el silencio del otro fue en realidad el fin de la plática y el cierre de su atención. O sea, nunca existió la comunicación.

No se ustedes pero yo recuerdo bien que en clases nos explicaban que para una Comunicación Asertiva, se requiere de un Emisor, un Receptor y un Mensaje. Pues en estos días eso ya no se estila. Al Emisor le cuesta abrirse, el Receptor interrumpe, da veredicto y el Mensaje nunca llegó.

Tenemos demasiado ruido alrededor. Demasiada información. Demasiado Dar por Hecho.
Y la verdad es que nos falta interés, atención, preocupación... y sí, nos falta empatía; aunque al parecer esa palabra ya molesta en estos días.

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