In memoriam... OTTO


A mí me gustan mucho los ángeles. De hecho creo en ellos, antes con mucha vehemencia incluso. Me trasmiten mucha paz. Me parecen seres inmensamente puros, llenos de luz, que traen tranquilidad cuando más los necesitas.

Hace ya un tiempo salí con cierta persona al tianguis cultural aquí en Guadalajara... El que se pone frente al parque AguaAzul. Al que le dicen el "Chopito", y que la verdad nada que ver con el Chopo en la Cd. de México...
Pos bueno, estabamos ahí porque esta persona (o personaje) no lo conocía y me pareció interesante llevarlo a conocer nuestro "chopito".

No ibamos de hecho buscando algo en especial. Era meramente turística la cosa. Pero ya estando ahí se me ocurrió buscar una figurita o algo referente a un ángel. Cosa chistosa ya que uno no podría pensar buscar ángeles en un tianguis cultural... Aunque quién sabe!.

Llegamos, recorrimos los puestos. Ropa, discos, artesanias varias... y muchas. Música, libros, etc. Encontramos un puesto por ahí donde vendían figuras de madera: máscaras, porta inciensos. Y sí, tenían serafines de madera. Esos de carita cachetona, o mas bien de carota cachetona con solamente sus alas. Pero la verdad no me gustan tanto. O más bien no era algo que yo tuviera en mente. Y pues no me latieron y no compre nada.

Seguimos con nuestro recorrido y en uno de esos donde venden antigüedades estaba una figurita de pewter de un angelito que me gustó mucho. Pero como buena compradora, quise seguir recorriendo el tianguis, además de que me pareció un poco caro el precio que pedían por él. Así que seguimos buscando.

Ya era más de medio día y como no habíamos desayunado ya empezaba el hambrita a sentirse y como todos sabemos en un tianguis nuuuunca falta algo pa entretener la lombriz, y entre esto y lo otro nos decidimos por unos tacuchos dorados... Esos de las ahogadas, con su salsita roja y de chile. Y ámonos!, unos tres pa calmar el hambre.

Terminando la degustación y pagando los respectivos, decidimos guardarnos por un momento en una jardinera... ya saben, abrazo pa quitar lo enchilado y lo cansado.
Y oh sorpresa!...
EL ANGELITO!, AHI ESTABA!
SI!, EL ANGELITO QUE ACABABA DE VER PUESTOS ATRAS!
Estaba tirado en la jardinera en la hierba entre envolturas de chicle y hojas secas. Ahí estaba boca arriba mirándonos!.
Y QUE HACIA AHI?... de dónde había salido?!... No había ni siquiera alguien sentado cerca, mas que nosotros, para que se les pudiera haber caído o tirado.

En ese tiempo yo creía tanto en "señales"...
Obviamente mi primera reacción fué de sorpresa. Le dije a "personaje" y él también se sorprendió bastante. Nos quedamos un rato mirándonos y volteando a todos lados con la misma interrogante: ¿de quién es?, ¿de dónde salió?...

Después de varios minutos y viendo que no era de nadie y asombrados por la casualidad, lo tomamos. No debía ser de nadie más, si no de nosotros... No había de otra.

Lo tomamos y caminamos riéndonos asombrados de la situación.
Vaya casualidad!. Yo en busca de un angelito y el que me gustó nos había seguido por el tianguis...

... Entonces creímos que era para nosotros. Que nos había seguido porque quería acompañarnos, quedarse para siempre. Así nos lo explicamos. Esa historia quisimos creer...
... Y lo nombramos OTTO

A partir de entonces nos acompañó... Fué y vino. Viajó. Se quedó varias veces esperando en casa. Unas tantas en la ventana de la sala. Otras más en mi recámara.

La vida dio giros y muchas cosas y personas se fueron... menos Otto.
Ahora permanece en mi cuarto. Velando y cuidándome.

Y en las noches si él me pregunta "dónde", "cómo" o "por qué", procuro no inventarle cuentos. Sólo historias ciertas, un beso de buenas noches y a dormir.

Ps. ¿Que si regresamos al puesto donde lo habiamos visto para checar si era el mismo?... Pues lo hicimos.
;)

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