A Camila

29 de mayo 2003.

A 10 años.

Una ola de sentimientos me mueve.

A una década de que me cambiara la vida. Para bien, para intensidad, para emociones nuevas, para aventuras, para desvelos, para preocupaciones, para nervios, para montones de sonrisas, para lágrimas llenas de sentimientos diferentes.

A 10 años de que salieras a este mundo y transformaras el mío.

Recuerdos, imágenes, momentos. Aparecen por montones... Y los que me faltan! Pero de ahora en adelante ya serán totalmente tuyos. Y los veré y me los compartirás, pero serán de una niña grande que actúa, piensa y resuelve casi ya la mayoría de las cosas por sí sola. Y yo como buena espectadora.

Dejas el número solo. Llega el gran doble dígito. The big 1/0.

Mi pre-pre-adolescente.

Y te observo y me sorprendo cuánto has crecido, cuánto te has alargado. Ya no tienes tu carita de niña. Ya tu cuerpecito comienza a prepararse para el gran cambio. Comenzarás a dejar de ser oruguita, a dejar de ser mi pollito, para convertirte en mariposa.

Y me enoja, y me entristece, y me alegra, y me llega la melancolía, la nostalgia. Y los sentimientos se desparraman.

Tantas cosas hemos vivido juntas!... Tantas risas, tantos juegos, tanta alegría y también llanto. Tu manita buscando la mía. Tu apoyo siempre presente hasta para hacerme sentir bien en mis momentos difíciles. Tus chistes, tus risas, tus bromas, tus sonrisas.

Un sin fin de emociones y montón de amor.

Gracias por llegar a mi vida y mostrarme otra gama de colores.

Perdona mis regaños. Perdona mis silencios. Perdona si sigo siendo tan mamá.

Te amo sobre cualquier cosa en el mundo. Y siempre lo haré.

Por siempre, mamá.

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